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miércoles, 17 de febrero de 2010

Un vecino mirón

La ventaja de vivir en un pueblo de playa en invierno es que, como está medio vacío, es muy fácil no tener vecinos. Me encanta no tener vecinos. En verano el edificio se llena de gente y no hay quien haga nada en silencio. Ahora sin embargo puedo bailar y poner música sin molestar a nadie y nadie me molesta a mi. Hace un par se ha mudado un vecino nuevo al vecindario justo a la casa de al lado y no me molestan sus ruidos, porque no compartimos paredes, pero he perdido lo que yo llamo "libertad de ventana".
La libertad de ventana es la libertad para olvidarte de si tu persiana y tu cortina están abiertas o cerradas y poder cambiarte la ropita o salir de la ducha con la toalla mal enrollada sin preocuparte. En mi caso la ventana es una puerta de cristal que da al patio interior. Mi nuevo vecino que, por cierto, está tremendo, tiene su ventana justo enfrente de la mía; al otro lado del patio y por si fuera poco creo que es un mirón. Lo sé porque veo moverse la cortina muy amenudo y más de una vez lo he visto esconderse cuando ha visto que le miraba.
Sin embargo esta mañana he tenido una grandísima idea (un poco absurda, pero reveladora) y me he preguntado: ¿y si en vez de esconderme me muestro descaradamente? ¿No recuperaría mi libertad de ventana?. Así que al salir de la ducha he comprobado didimuladamente si estaba ahí mirando y me ha parecido ver indicios de que así era. He puesto la música más sexi que he encontrado bien fuerte, para que él pudiera oirla y he abierto del todo la persiana y la cortina para hacerle un striptease. Jiji, como os lo cuento.
He empezado por bajarme la toalla mientras bailaba. Muy despacito, agachándome y levantándome pegada a la ventana de espaldas. Me la he bajado hasta las caderas y me la he atado a modo de pareo. Entones he empezado a tocarme los pechos poniéndome de lado al principio y luego de frente. Luego me los he destapado y he bajado las manos despacito por mi barriga y por encima de la toalla hasta tenerlas juntas entre las piernas.
Qué manera de moverme. He empezado a sentirme como nunca de bien y de sexy. Nunca antes me había movido de esa forma. He dado un paso atrás para verme en el espejo que tengo al lado y no he dudado en comenzar a quitarme la toalla. Primero de espaldas a él, luego de lado. Jugando con dejarle ver algo pero no todo. Cuando he estado completamente desnuda, todavía de espaldas a él, me he agachado con las piernas estiradas y separadas. He puesto una mano en el suelo y he comenzado a flexionar las piernas y a estirarlas arriba y abajo, arriba y abajo. Dios mío, en mi vida había hecho algo tan guay. Me he excitado mucho, muchísimo, muchísimo. Tanto que el jugo empezaba a caerme por una pierna y he decidido terminar.
Le he lanzado un guiño mordiéndome el labio de abajo y he cerrado la cortina. Jaja. No podía parar de sonreír y mirarme en el espejo poniendo posturas sexis. Me he puesto las braguitas (ha sido para nada) y me he quedado comprobando lo poco que tardaban en verse mojadas desde fuera. Llegado ese punto estaba pernsando qué hacer con toda aquella excitación… ¿Me visto o no me visto? y han llamado al timbre! ¡DING DONG! Sólo entonces se me ha ocurrido preguntarme cómo haría interpretado él mi "declaración de libertad". El corazón se me ha subido a la garganta y he vuelto a derretirme. Mi siguiente pregunta ha sido "¿Abro así la puerta?"…

Despertar

Despierto y hay luz clara en la habitación. El sol de verano entra por la persiana a medio cerrar. He tenido sueños de adolescente y el aparato se me ha salido como a presión entre los botones de los gayumbos. Las sábanas están frescas. Me desperezo con gusto y golpeo sin querer algo con el codo. Entonces empiezo a recordar cosas: La cena en mi casa, la botella de vino, la música, demasiado vino, la risa floja, los dos bailando y cayéndonos al suelo… No sé en qué momento me quedé dormido, pero no fue en mi cama. Tuvo que ser en el sofá. Ella debe haberme traído hasta aquí… y por lo visto se ha quedado a dormir. Está a mi izquierda, de espaldas a mí y parece que no se ha despertado con el golpe.

Levanto la sábana para salir y compruebo que ella ha dormido con camiseta y braguitas… unas braguitas turquesa de encaje muy sexys. Tiene un culo precioso y media nalga al aire. La pierna derecha sobre la otra y más encogida que ésta. El corazón se me acelera y el paquete me empieza a palpitar. Noto cómo irradia calor. Decido incorporarme para echar una mirada furtiva… no es sólo media nalga lo que tiene fuera… me pregunto si tras meterme en la cama se habrá estado tocando. Me encantaría que lo hubiera hecho. No puedo aguantarlo, me vuelvo a tumbar despacio y me giro hacia ella dudando si pegarme o no. Se me ocurre que podría hacerlo haciéndome el dormido…

Entonces ella se gira hacia mí. No tengo tiempo de reaccionar y con su movimiento me hace clavarle el glande en la nalga. Se separa un centímetro y se gira sin pegarse a mí, con lo que voy acariciando sin moverme todo su culo y su muslo ya resbalando. Está cara a cara conmigo y abre los ojos. Es muy raro, no estoy seguro de si se acaba de despertar o si se estaba haciendo la dormida. Me giro hacia arriba abochornado y con el corazón a cien. Ella me pone la pierna izquierda sobre el paquete y abre los ojos sorprendida. Está muy calentita y sus pezones se marcan duros bajo la camiseta tirante. Mueve la pierna suavemente rozándome y se me escapa el aliento casi con voz. ¿Has dormido bien? Me dice sonriendo con complicidad…

sábado, 13 de febrero de 2010

Sólo palabras

Olvidaba presentarme y presentar el blog. Me he lanzado directamente a soltar la primera de las anécdotas que quería escribir.

En fin, sobre mí ya sabeis my nickname "inesita", estará en todos los post que escriba. En los post que estén etiquetados con "mylife" encontraréis más detalles sobre mi vida, así que ya iréis viendo. No voy a seguir presentandome, que sería muy aburrido.

Sobre este blog qué puedo decir... No sé si es cosa de la edad o si es que yo soy así, pero me paso el día pensando en tíos (por decirlo de una forma discreta:) y me muero de ganas por cosas que la sociedad no me deja. No sé si me entendéis. Cuando voy al instituto siempre hay tíos que cuando están en grupo me gritan 'tía buena' y me dicen las "cosas que me harían", pero todo son palabras. Parece que tuvieran miedo de quedarse un día esperando y meterse luego a solas conmigo en los vestuarios y saltarse la clase de gimnasia. Parece que piensan que las tías no tenemos líbido o yo qué se. ¡¿Acaso creen que voy moviendo el culito al andar y me subo la falda para estar agusto con mi propia imagen?! Me desesperan...

Aunque tampoco yo puedo quejarme, porque este blog es precisamente eso: palabras para encauzar las ganas de otra cosa, un sueño cobarde, el resultado de tratar de frenar algo irrefrenable. En fin, sólo palabras... que ojalá que activen en otro lugar otras acciones.

viernes, 12 de febrero de 2010

Los paraguas

Los paraguas me parecen un invento absurdo porque rara vez llueve en vertical. Esta tarde, por ejemplo, estaba lloviendo a mares cuando he llegado del instituto. Al bajar del autobús he abierto el paraguas y he salido corriendo hacia mi casa, pero antes de llegar a la mitad del camino ya tenía empapada toda la falda del uniforme por delante y el polo también hasta el ombligo. Normalmente no es tanto, sino que hoy hacía bastante viento. Pero aún así, siempre se moja una cuando va con paraguas.

Con todo, yo tampoco me puedo quejar mucho. Lo peor ha sido para mi amiga Claudia, que hoy llevaba leotardos. Yo he pasado más frío por la mañana, pero mojarse los leotardos es muy incómodo, mucho más que mojarse las piernas directamente.

Bueno, que he llegado a casa empapada y fría y, para colmo mi primo, que era el único que estaba en casa se ha empezado a reir de mí. ¡Qué idiota es!. Él también se ha mojado, sólo que ha llegado antes que yo del instituto y ya le había dado tiempo a cambiarse.

Aunque sí hay una cosa que me gusta de todo esto, que es cuando te quitas la ropa mojada. Cuando las piernas están frías y se nota el calor de la otra pierna... He colgado las braguitas mojadas en el toallero y he salido así, sin braguitas. jiji. Al pasar por al lado de mi primo he pensado "cómo se pondría si supiera que no llevo nada debajo". Me he sentido tan libre... hasta me ha empezado a subir la presión. Mi primo es un año menor que yo, pero ya tiene edad... Al menos yo lo veo con edad.